Sinopsis
El autor, Antonio Díaz Tortajada, articula con un lenguaje de honda sensibilidad poética, su propio desamparo y su deseo de recorrer con dignidad los senderos de su propia idiosincrasia, abierta siempre a la trascendencia de un Dios que nunca está demasiado lejos. Hay un aliento de transitividad que llena los espacios de esta obra compuesta en verso libre y arromanzado con algunos sonetos esporádicos y alguna redondilla heptasilábica asonante. Versos asimismo cercanos al arte de la greguería: “La luna es un potro / que rompe la tarde / y el amor una extraña travesía / que amanece entre las sombras”.
El poeta se siente solidario de la necesidad ajena y del dolor de todos los hombres: “Siénteme, hermano, / cuando pase a tu lado / porque yo, como tú, / llevamos escondida / entre nuestras ropas / la misma piel de Dios”. Y quizá la trascendencia del poemario es una honda credibilidad sobre toda reflexión hacia lo que le rodea e inquieta, las luces y las sombras del ser humano, cual vendedor de pan en un mundo de necesidad de él…